La estructura del tejido y del termo recubrimiento hacen del sackflex un envase de alta resistencia y excelente comportamiento frente a la radiación ultravioleta y demás intemperismos
El Sackflex es un material altamente resistente y duradero, lo cual lo convierte en una opción perfecta para el transporte y almacenamiento de artículos pesados y voluminosos. A pesar de su fortaleza, su ligereza permite una manipulación y transporte sencillos. Además, su propiedad impermeable asegura la protección de productos susceptibles a daños por humedad. Por otro lado, el Sackflex ha sido aditivado con protección contra los rayos UV, lo cual lo hace especialmente adecuado para el transporte y almacenamiento al aire libre. Su superficie homogénea brinda la posibilidad de personalizarlo con impresiones y etiquetas, lo cual resulta ideal para promocionar marcas y productos. En comparación con otros materiales de embalaje, el Sackflex destaca por su bajo costo, lo cual lo convierte en una elección favorable para empresas interesadas en reducir costos. Además, es importante destacar que el Sackflex es completamente reciclable, lo que lo convierte en una opción ideal para aquellas compañías que buscan minimizar su impacto ambiental y cumplir con las regulaciones en materia de medio ambiente.
La nueva estructura de tejido y del termo recubrimiento hace del Sackflex un producto de alta resistencia y excelente comportamiento frente a la radiación ultravioleta.
La impermeabilidad del Sackflex permite una protección de los productos envasados de la humedad y/o contaminación ambiental.
La superficialidad homogénea del Sackflex, lograda a través de un proceso de termo recubrimiento electrónicamente controlado, brinda la posibilidad de personalizarlo con impresiones y etiquetas, lo cual resulta ideal para promocionar marcas y productos
El proceso comienza con la extrusión del polipropileno, que es un polímero termoplástico utilizado como materia prima para fabricar el tejido. El polipropileno se funde y se extruye a través de una matriz en forma de cintas continuas, las que se enfrian y estiran para obtener la resistencia y la durabilidad deseadas.
Las cintas de polipropileno se enhebran en un telar para crear el tejido del saco. El proceso de tejido implica entrelazar las cintas en una estructura de entramado para formar una tela resistente y flexible. La configuración del telar determinará el patrón y la densidad del tejido. Adicionalmente, el material tejido puede someterse a tratamientos para mejorar sus propiedades. Por ejemplo, se pueden aplicar aditivos para conferirle propiedades como resistencia a los rayos UV, impermeabilidad o resistencia a la abrasión.
Una vez que se ha tejido el material, se somete a un proceso de termo recubrimiento e impresión, y finalmente se corta en el tamaño y la forma adecuados para la fabricación de sacos.
